En la Amazonía persiste un legado que no tiene nombre propio ni inventor reconocido. La Mocawa nació del ingenio de los antepasados y, hasta hoy, se mantiene como un mito vivo que trasciende el tiempo.
Moldeada con barro de la selva, cada pieza refleja la sabiduría heredada de generaciones. Animales, figuras y símbolos ancestrales toman forma gracias a manos que repiten gestos transmitidos desde hace siglos. No hay manuales ni fórmulas, solo memoria colectiva y tradición oral.
Los colores provienen de piedras y tierras molidas, mientras que el brillo se logra con un barniz artesanal, libre de químicos. Todo surge de la naturaleza: barro, roca y fuego se transforman en arte.
La Mocawa no es únicamente cerámica; es la materialización de un mito que sigue respirando en cada figura, recordando que los saberes ancestrales son eternos cuando se crean en armonía con la selva.
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